Sauce

Sauce

Por Jorge Rolando Acevedo

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pablo Neruda

No sé sí el ocaso viene hacia mí
o si yo voy hacia él.
Se va la tarde, viene la noche.
una calle baja, otra calle sube…

La tarde se va, cae la noche.
Distancias, lejanías, tempestades…
La tarde se va, viene la noche.
Un presagio, quizás, un recuerdo, tal vez.

La luna escondida en la copa del sauce
por la avenida me mira pasar…
El ramaje verde del  sauce.

¿Cómo, cuándo, dónde?
Una calle baja, otra calle sube:
apagándose la tarde ya no regresará.

El sueño es una extensión de la realidad

El sueño es una extensión de la realidad

Por Dante Vázquez M 

A Aldo C. Vázquez M (1986 – 2008)

Han pasado doce años desde tu adiós
                                                          improvisado, 

la muerte está detrás de cada palabra,
de cada emoción, de cada mirada, de cada cambio… 

¿Qué sería de ti si la noche que trataste de comerte al mundo
hubieras sabido que un tráiler te haría volar?

¿Qué fue de ti después de encontrarme
tirado en mi cuarto sobre un charco de sangre? 

¿Qué sería de ti si fuera yo quien no hubiera despertado
el trece de enero de dos mil ocho?

¿Qué es la vida además de la fragilidad de una tela de araña
frente al huracán del aleteo de una mariposa calavera?

Ahora tu cuarto es la sala-estudio
donde leo y escribo en la pantalla de Victorique,
quien me ha visto llorar y reír
al mirar la fotografía que está en el librero,
                                                lugar que antes ocupara tu cama.

Estás ahí, suspendido en el tiempo, gallardo y sonriente,
junto a tu amigo Claudio.
Tu corte de mohicano jamás puede ocultar la bondad,
cariño
y sencillez
que acarician
al verte entre los puestos del Eje Central.
¡Qué días aquellos!

Lo desconocido con lo conocido crea una nueva realidad.
Las paredes blancas adornadas con un cuadro del Quijote,
uno de un hada,
uno de una mujer mirando al horizonte
en blanco y negro,
y uno de una joven con camisa de fuerza
en una celda acolchada,
reciben alegres la luz del sol.

Las mantas de Lain,
                            Shaman King,
                                             Final Fantasy
                                                                  y Evengelion, 

quizás pronto encuentren un espacio
libre de nostalgia, aunque la imaginación es una puerta
                                                                                de la vida para la vida. 

Cada vez que Victorique canta 

                                                                    Cantando, de Violadores del verso,
                                                                    o Te vas a acordar de mí,
                                                                    de Tex Tex, 

es inevitable evocar tus palabras horizonte:
LA VIDA SE IMPROVISA DÍA A DÍA, ¡ÁMALA!

Cada persona se acerca a la muerte
a partir de sus recuerdos. 

En ausencia del fuego

En ausencia del fuego

Por Rodolfo Pérez Luna

Enmudece el ardor
de la lengua en el brasero.
Casi abatida;
a punto de ceder sus fulgores.
Se hunde hasta el tope en el fango.

El destello de la danza 
al rojo vivo
desboca apenas un vaivén de riachuelo.
Pero no detiene ahí su curso.
es ruedo jadeante que avanza a ras de piso.

Gira en la arena como reptil,
sigue su juego por bajo fondo
tomando un pulso nuevo,
un segundo aire.

No creo a los que dicen
para avivar la llama:
“hay que dar el soplo”,
“cambiar el orden a las brasas”,
“sumar leña o carbón al fogón distraído”,
“cercarlo con piedras” o
“dar palos al vestigio aún ardiente”.

En ausencia del fuego
a la ruina del negro aliento,
cuando agónica la ceniza
persiste en su fractura.
Veo otro mensaje.

Un vuelco rompe la estela más rígida,
el círculo bípedo,
el cruce continuo de la curva
al goce de su cópula.

Dos manos ondean su ascenso,
un último braseo
del signo infinito.

En cuántos días se olvida a una sirena

En cuántos días se olvida a una sirena

Por Stephan Fernando Ortiz Hernández

Tal vez algún día
por cosas del destino,
o por el cinismo de dios
nos volvamos a encontrar.

Tal vez irás de la mano
con él,
con el nuevo yo.

Estiro la mano
y saludo “mucho gusto”
no te pareces nada a mí,
qué bueno.

No sé cómo continuar,
la incomodidad de ser tres
donde antes éramos dos.
Uno.

Tu voz
inunda de recuerdos el lugar,
tus ojos son un portal
a “nuestros” días.

Muestro mi mejor sonrisa
y me oculto detrás de un falso
“qué bueno verte”, “saludos a tu familia”.

Tal vez algún día
por cosas del destino,
o por el cinismo de dios
nos volvamos a encontrar.

Vayas sola
y te diga:
te he estado esperando,
gracias por regresar. 

Sonoro

Sonoro

Por Bárbara Cristina Elizalde Rodríguez


Así son las mañanas frescas,
ellas golpean la orilla como levantando todo a su paso.

Oleaje siniestro
qué borra las huellas de los militantes caídos,
frío y tenebroso,
arrastre de la muchedumbre de la suciedad.

Y ahí parece que todo está en silencio,
en ese sumergir
parecemos y padecemos juntos la existencia, la vida misma.

Nos llevamos todo eso que nos mata,
nos miramos comprendiendo lo que se dice sin palabras, esos sentimientos que enloquecen y su rabia conjugada con la locura del amor.

Estamos juntos como el sonido que calma por las mañanas, 
por eso te hacen música 
y  musa,
siendo amada, siendo mares.