Por Stephan Fernando Ortiz Hernández
Tal vez algún día
por cosas del destino,
o por el cinismo de dios
nos volvamos a encontrar.
Tal vez irás de la mano
con él,
con el nuevo yo.
Estiro la mano
y saludo “mucho gusto”
no te pareces nada a mí,
qué bueno.
No sé cómo continuar,
la incomodidad de ser tres
donde antes éramos dos.
Uno.
Tu voz
inunda de recuerdos el lugar,
tus ojos son un portal
a “nuestros” días.
Muestro mi mejor sonrisa
y me oculto detrás de un falso
“qué bueno verte”, “saludos a tu familia”.
Tal vez algún día
por cosas del destino,
o por el cinismo de dios
nos volvamos a encontrar.
Vayas sola
y te diga:
te he estado esperando,
gracias por regresar.