Por Gustavo Pablo Reyes Escalona

Dicen que odiar
es sentimiento impropio,
que amar es lo correcto
y tal vez sea lo justo;
yo odio y aquí lo reconozco:
la prédica verbal
de los burócratas,
a los caudillos
del poder insolidario,
rebosantes de grasas
sus cuerpitos
en sus autos climatizados,
a los inamovibles,
que rebotan hacia arriba
tras cada caída en apariencia,
yo odio la igualdad
de los no iguales,
la indiferencia
ante los niños sin leche
y pan de piedra,
odio la inercia,
la justificación,
la complacencia,
odio al guataca,
odio al servil y sus prebendas,
y sé muy bien que odiar
no es lo correcto,
me pueden fusilar por odiar tanto,
aprendí de Martí
que si no digo lo que pienso
no puedo ser
un hombre honrado.