Por Fabiola Juárez Avendaño, antropóloga feminista

En los últimos años, algunos feminismos han fijado su atención en las masculinidades, que son parte del campo interdisciplinario de estudios de género (y de la agenda LGBTTI), así se han establecido en el ámbito de las ciencias sociales, particularmente europeo y latinoamericano. El concepto se ha desmenuzado, despedazado, desmembrado, es decir, lo han deconstruido con la intensión de saber más sobre los mecanismos ideológicos que colocan a las masculinidades en supremacía y con amplios privilegios. En este ensayo quiero presentar muy brevemente algunas reflexiones a partir de lo que la teoría ha demostrado.

Primero empezaré presentando el concepto de masculinidad hegemónica, el cual pretende explicar cómo y por qué los hombres mantienen los roles sociales dominantes sobre las mujeres y otras identidades de género, que se perciben como femeninas, débiles e inferiores en una sociedad dada; también incluye la jerarquía de género y las dinámicas psicosociales de la diversidad de la masculinidad. Este concepto fue propuesto por Raewyn Connell, socióloga australiana especialista en temas de educación, clase y género. Por su parte, la antropóloga feminista argentina Rita Segato amplia y expone su posicionamiento teórico sobre la masculinidad y aporta lo siguiente: “la masculinidad es un mandato que exige a los varones que constantemente pongan a prueba sus atributos: potencia bélica, potencia sexual y potencia económica, el mandato de masculinidad es un mandato de violencia, de dominación, el sujeto masculino tiene que construir su potencia y espectacularizarla a los ojos de los otros”.[1]

Por ello el modelo social de masculinidad hegemónica es un factor de riesgo para la salud, la vida y la seguridad de los propios hombres y, por lo tanto, una consecuencia clara de cómo el machismo y el patriarcado les afecta. Basta ver las estadísticas sobre homicidios y sus causales: para demostrar ser hombres es preferible morir con honores que vivir en deshonra por ser llamados mariquitas, poco hombre o p#$&. Además, en los últimos años se han ampliado a siete las dimensiones que componen la masculinidad hegemónica: la heterosexualidad, la paternidad, ser proveedor, usar la fuerza física, la racionalidad, la caballerosidad y asumir riesgos (Mardones, 2017).

Otro aporte de los estudios feministas es sobre la sexualidad patriarcal, un modelo que perpetúa la división de géneros y es uno de los pilares del  patriarcado, con el que se controla  la sexualidad de las mujeres y del que se derivan dos ejes fundamentales para la opresión: la división sexual del trabajo, en la cual nosotras tenemos una posición de subordinación, y la imposición de un modelo de familia tradicional que, como principal agente socializador, mantiene y transmite los mandatos de género femeninos y masculinos que nos perjudican.

La contribución de las investigaciones sobre las masculinidades es revelar las dinámicas socioculturales y de poder (androcéntricas y/o heterosexistas) que se aprenden con el género masculino, cómo se reproducen y se transforman, pero también la resistencia de los varones, todo lo anterior se devela con los anteojos violetas en sus cuerpos, identidades, subjetividades, prácticas y relaciones en la organización social.

Con estas premisas, las nuevas masculinidades también conocidas como alternativas o igualitarias hicieron su aparición por la urgente necesidad de analizar, ya que es “un concepto que se relaciona con la superación del machismo, la reflexión crítica de los hombres con respecto a su género y las nuevas voces que plantean formas distintas de resolver la pregunta ¿qué es ser un hombre?” (Delgado).

Centra la atención en visibilizar y reflexionar sobre:

  • Las masculinidades igualitarias, que apuestan por eliminar la violencia machista y de cualquier tipo, ya sea en su ejecución, perpetuación, complicidad o silencio.
  • Apuestan por la horizontalidad, el consenso y las relaciones entre iguales.
  • Las masculinidades alternativas buscan mostrar las debilidades sin miedo.
  • El modelo de masculinidad nueva e igualitaria apuesta por eliminar los roles de género aprendidos sobre masculinidad y feminidad para ser más libres.
  • Las nuevas masculinidades buscan una combinación equilibrada del desarrollo profesional con la vida familiar, que contribuya a relaciones interpersonales empáticas.
  • Propone trabajar paternidades responsables y asertivas para vivir la crianza y el cuidado como espacios propios, no como apoyo sino como parte de su cotidianidad.

En la crianza positiva se está promoviendo la dedicación de tiempo de calidad, demostrar amor, identificar las necesidades y encontrar soluciones asertivas para con las hijas e hijos, ya que es de vital importancia para sembrar la semilla en las futuras generaciones. En conclusión: “La implicación de los hombres en la crianza y los trabajos reproductivos y fomentar las relaciones no violentas son factores claves para la transformación de la realidad hacia paradigmas sociales y de relación más justos e igualitarios” (Bacete, 2019).

Al mismo tiempo, esto implica una participación más activa y profunda de los varones en los esfuerzos por la equidad, sin un enfoque jerárquico que busca una alternativa a ese modelo hegemónico para incorporar la perspectiva de género. Las prácticas y los esfuerzos por la equidad los invitan a repensarse como hombres y padres a la altura de los nuevos feminismos.

Son tiempos extraordinarios para hacer una revisión crítica de las masculinidades, nunca como ahora se ha visto mayor interés, lo atestiguan los numerosos artículos de investigación, capítulos de libros, cuadernos de trabajo, tesis, libros y manuales educativos que se han venido publicando de manera creciente desde 1990. Asimismo, se han promovido talleres y círculos de reflexión para sensibilizar sobre estereotipos y valores sociales de la masculinidad hegemónica y dar a conocer las diferentes alternativas o nuevas masculinidades y fomentar acciones formativas de igualdad para hombres. ¿Será una realidad o una utopía?… Ya lo veremos.

Referencias

Mardones, K. y Navarro S. (2017). Mandatos de género para hombres: creencias de universitarios y universitarias del sur de Chile. Integración Académica en Psicología. 5(15). Universidad Santo Tomás.

Zapata, R. (2 de julio de 2020). “Nuevas masculinidades”, un concepto y un proceso marcado por el desconocimiento. AmecoPress, información para la igualdad. https://amecopress.net/Nuevas-masculinidades-un-concepto-y-un-proceso-marcado-por-el-desconocimiento

Bacete, R. (19 de marzo de 2019). ¡Feliz día del padre feminista! (y los 364 días que quedan para demostrarlo). El País. https://elpais.com/elpais/2017/03/18/mujeres/1489844939_167572.html

[1] Segato. Rita. ”Hombres a través de la Violencia” en  https://www.anred.org/2020/01/22/rita-segato-se-prueban-a-si-mismos-que-son-hombres-a-traves-de-la-violencia/