Por Eduardo Omar Honey Escandón
Anda el cuerpo desnudo
allende los límites
de la desesperanza profunda.
Anda el hambre acosadora,
invade los espacios
de la posible supervivencia.
Llaman fronteras a los trazos
inexistentes
entre este punto y el otro,
ríos a veces surgen
muros en ocasiones,
mares y océanos
llenos de balsas
perennes y mortales.
Anda el corazón roto,
traspasa el hogar
de la nación traidora.
Anda el espíritu rajado,
añora la promesa
de que hay un horizonte.
Claman límites con la palabra,
prohibición
entre un país y otro.
Policías a veces surgen
militares en ocasiones,
acusar y hablar
solo con verbos
perennes y mortales.
Anda el individuo lastrado,
sueña que regresará
con la familia abandonada.
Anda la multitud agreste,
manada y oscuridad
víctima de los carniceros.
Llaman separar la amenaza
latente
entre una persona y otra,
violencia a veces surge
odio en muchas más,
desprecio y asco
llenos de gestos
perennes y mortales.
Andas tú, ando yo.
Posibilidad presente
al ocaso del hoy.
Andamos traspasando confines
alma, corazón y esperanza
porque sólo puede ser así.