Por Aziz Córdova

Canta la mañana
y sus acordes
de viva porcelana
exhalan una luz demoledora


quién tuve que ser
para contemplar esta escena
cuánto tuve que sufrir
para agradecer
la sutil cadena
de sangre carmesí
amarrándome a este cuerpo


madre
padre
les he fallado
pues no moriré de pena
y nada soy salvo este deleite
de diluirse de pronto
dejadamente entre hojas de jade


abandono estos ojos
que ustedes hicieron con el cuidado de las bestias
con la saliva más amante
ya no pienso reclamar mi nombre
pues sé en el fondo que me llamo árbol,
perro y bicho
ya no pienso cargar este lastre
pues sé en el fondo
que no lo puedo todo
y la fuerza es una ilusión embriagante


amor quiero decir amor
pronunciarlo con las tripas
y en un lenguaje nuevo
donde no existe el engorroso recelo
y para decir: yo
haya que decir: planeta