Por Ángel Carrillo Hernández (Doncel de la Niebla)
Aquí mi cuerpo, mi carne pegada al alma
se descompone entre la rueda del samsara.
Se me descompone el habla en forma de materia,
se me descompone la lengua para crear nuevas palabras.
Aquí mi cerebro se desmenuza recuerdo a recuerdo
formando polímeros con mis axiomas y mi baba,
dejando dientes vueltos crisálidas de los que saldrá Kafka
vuelto hombre, escritor, burócrata, mariposa o cucaracha.
A través de mi garganta resbalan todas mis oraciones
que salieron de mi boca, unas duelen ahora y otras se me atascan,
unas endulzan mi tráquea y otras me hinchan la carne como el tumor
que tres vece murió en mi paladar; hasta la última consonante
que balbuceé de niño me ha abandonado en el samsara.
¿Qué seré yo mañana? Si me abandonan hasta las lagañas;
me quitan las uñas, el nombre, las cejas, el nombre y las pestañas.
El vello, el nombre, los ojos, los labios, el nombre y la cara.
¿Cuántas manos tiene el asura que sostiene el peso de mi cabello?
¿Cuántos nombres tiene el deva que lamiéndome la piel me cercena?
¿Quién seré yo mañana, el escritor, lector, el poema o la nada?