Por Alejandro Espinosa 

Tú eres desde temprano
un sol moreno recién nacido,
tus bucles cantan antes de ti
como pájaros que miran fijamente la hierba.
Y yo me pongo contento
como poeta en día de paga.

Tu mirada siembra en mí,
flores que luego arrancas.
Son palabras quietas,
también piedras guardadas
en los bolsillos del pantalón de mi alma.

Me cuentas tus deseos, mis ojos
toman el rumbo de la historia de tu sueño,
memoria increíble en su verdad onírica.
Me llena la mirada,
y tú la llevas en brazos hacia tu sueño.

Me quedo dormido en cuanto despiertas, entonces te sueño.