(…) Como aquel que calla, otorga. / Y aunque la ignorancia es sorda, / pude levantar la voz. / Más fuerte que los ladridos / de los perros consentidos / y que la voz del pastor (…)
“Como el viento de poniente”, Marea, 2002
Cuando la editora de este proyecto me encargó la tarea de escribir la introducción que abre el telón de esta revista supuse rápidamente que sería una tarea muy difícil. Muchas cosas por decir en tan poco espacio. Primero pensé en describir un poco todos los escritos que componen este trabajo para esbozar al lector su contenido y que pudiera familiarizarse ampliamente. O hasta, dicho de otro modo, cobijarse con el mismo, si es necesario. Decía, es una tarea difícil, sobre todo, cuando estoy acostumbrado a redactar textos académicos. Que parece lo mismo, pero no lo es.
Sin embargo, solo así aprendemos que es necesario tomar pie en aquellas introducciones que son de mucha importancia para invitar a los lectores a navegar en aguas que en apariencia son transparentes, pero que, sin duda, llegan a tener algún color, algún sabor. Siendo así mi caso, pasé de escribir sociología a escribir poesía y, para este preciso momento, una invitación. Porque estas palabras son una invitación. Y es curioso cómo la vida nos lleva de un lado a otro, pensando que es complicado escribir una tesis cuando es mas complicado invitar a que alguien la lea.
Entonces pasa uno de compartir tecnicismos sobre algún fenómeno social, a escribir meramente literatura; dicha que a la fecha me ha causado siempre un placer, pues el alma se libera y deconstruye al mismo tiempo que se acentúa con la reflexión. Tejiendo, para mi suerte y bienaventuranza, un puente en el que abrazo aquel discurso sociológico con el sentir de las palabras que suavizan el corazón. El cual es, hablando en términos de equipo, nuestro caso, pues todos aquí apostamos y aportamos múltiples sentires matizados bajo diversas disciplinas que me hacen catalogar este gran trabajo como un escrito interdisciplinario entre las humanidades y la literatura, a modo de pasajes que uno a uno irán entreteniendo al lector, obsequiándole un nuevo panorama sobre los diversos temas tratados y que, a pesar de que pude describirlos, decidí dejarlos a sorpresa, sin dejar de insistir en el gran talento de mis colegas aquí presentes.
Esta pequeña revista que tienes en tus manos es el esfuerzo de un grupo de desconocidos con un interés en común: compartir la belleza de la experiencia a través de las palabras. Cada texto que a continuación leerás tiene como finalidad transmitir, más allá de información, un conocimiento empírico que, de alguna manera, marcó las vidas de las y los que aquí escribimos a ustedes, lectores queridos. Mostrando un arrebolado pasaje entre los sentimientos e inquietudes que denotan nuestro intento por darle luz o vida a aquellas reflexiones que tanto le hacen falta transmitir a estas nuevas generaciones de lectores sobre el presente, el hoy. Que a parecer mío, y después de una pandemia que nos transcribió, necesitamos aquella apertura ante lo que siempre ha estado ahí, eso que aún callamos, pero que, lejos de solo transmitirlo, busquemos esa libertad de soltar lo que en esos ayeres de nuestra realidad tangible era un proyecto sociocultural: la palabra.
Así, entonces, esta revista surge del fruto de una serie de interpretaciones que van desde la filosofía clásica hasta la libre poesía contemporánea y que a modo de herramienta se convierte en un espacio sin más que las propias orillas de una cuartilla como limitantes, más no determinantes, para invitarlos a ustedes lectores que son por quienes espacios como estos siguen creciendo.