Por Ulises Abraham Torres Díaz

A las ocho y media de la noche de aquel 2 de julio de 1965 en la plaza de toros de Madrid, John, Paul, George y Ringo gritan a todo pulmón y sacuden sus cabezas ante poco más de cinco mil espectadores.  Los ojos del mundo están sobre ellos y no es para menos.  

Mientras tanto, a las afueras del estadio se apostaba un gigantesco despliegue militar, los tristemente célebres “grises, de Francisco Franco” estaban listos para arremeter contra cualquiera que pusiera en riesgo la estabilidad de la dictadura.  La presencia de los cuatro de Liverpool evidenció la brutalidad del régimen y alentó a miles de jóvenes a salir a las calles a enfrentar el sistema caduco y autoritario. Los Beatles en una noche dejaron al franquismo al descubierto, y a partir de ese momento pusieron en jaque al autoritarismo de cada país que visitaban y sobre todo de aquellos que no visitaban, como en el caso de México, donde por órdenes de Díaz Ordaz y el regente Uruchurtu, los cuatro fantásticos no se presentaron, ya que se les consideraba mala influencia para la juventud mexicana. 

Pero lo que inició con una sacudida de melenas desencadenó una brutal sacudida de cerebros, un despertar de consciencias. Millones de jóvenes por todo el mundo descubrieron en la voz del rock su propia voz, en la fuerza rítmica su propia fuerza y en la libertad de las composiciones, su propia libertad. Por primera vez en la historia, la música podía cambiar al mundo.

Ese mismo año, el tsunami del rock encontró la forma de invadir con sus olas incendiarias el planeta entero.                 

“No se podía encender la radio en 1965 sin escuchar un nuevo clásico” Rubber soul, Help (The Beatles), I can´t get no (The Rolling Stone), Highway 61 revisited, Like a Rolling Stone (Bob Dylan), My generation (The who), Mr Tambourine Man (The byrds), Today (beach boys) Where have all the flowers gone (Peter Seeger). 1965 es también fundamental para la música en la lengua de Cervantes, se lanza Guitarra, (primer disco de Serrat), Wild teen punk from Perú (Los saicos), Una chica Yeye, etc.

Toda esta corriente sembró cambios importantes en el campo de la música, pero cosechó sus frutos en terrenos hasta entonces insospechados. Salpicó con sus acordes estruendosos la moda: finalmente los jóvenes podían dejar de vestirse como sus padres, los hombres podían llevar el cabello largo y las mujeres llevar la minifalda tan corta como les viniera en gana. Las calles florecían al tiempo que unos desadaptados sembraban margaritas en las escopetas. 

Aunque no por eclosión, pero sí en una afortunada coincidencia de espacio y tiempo, en el mundo de la literatura latinoamericana explota el boom; García Márquez, Cortázar, Fuentes y Vargas Llosa logran que los ojos de los jóvenes volteen a sus raíces y se sientan orgullosos de ellas, se exacerba una identidad y una apropiación cultural que nada tenía que ver con las fronteras sino con los ideales, con el peace and love, con el sexo, drogas y rock and roll. El rock llegaba hasta los más recónditos lugares del planeta. Somos más populares que Jesucristo, decía John Lennon, y no se equivocaba.

¿Qué onda es esa?

Poco tiempo después de la irrupción del rock, surgió en México una nueva literatura con la esencia contestataria y rebelde que retrataba los anhelos de una juventud en busca de identidad: la literatura de la onda. “La Onda va mucho más allá del cliché idiomático, conlleva connotaciones de mayor envergadura pues retrata gran parte de los modos de vida, inquietudes y propósitos de los jóvenes sesenteros (y posiblemente de los de finales de la década procedente), que podrían resumirse en el concepto de rebeldía ante los modelos sociales, familiares y hasta políticos hasta entonces establecidos. Sí, los onderos enarbolan el estandarte de la inconformidad y se empeñan en azotarla en el rostro de quienes representan los motivos de tal descontento.” (La literatura de la Onda y sus Repercusiones, Ignacio Trejo Fuentes) 

La generación beat había influido fuertemente sobre los jóvenes norteamericanos y su poesía instintiva y sexualizada llegó con su aullido destripador una década después a nuestro país, Woodstock había hecho historia, pero los jóvenes mexicanos querían su propia historia y estaban a punto de estallar. 

El rock metió sus narices hasta la cocina y se empolvó sin miramientos. Las juventudes se transformaron de una vaga silueta nocturna a una máquina imparable que recorría el mundo sobre dos vías: los sueños de libertad y el rechazo a una sociedad conservadora; esta generación era un caballo desbocado que corría a toda velocidad, directamente hacia la nada. Pensaba que podía cambiar al mundo, pero el Estado no lo permitiría, la brutalidad del aparato siempre ha sido una hidra de mil cabezas. Dejaron a los jóvenes soñar con otro mundo, para después aplastarlos con una saña nunca antes vista. 

“Cuando desperté la putosauria todavía estaba allí.” Efraín Huerta

Los sueños de cambiar al mundo se quedaron en el aire, el sistema político mexicano se había recrudecido y creado una nueva forma de abrirles la cabeza a los jóvenes, y era justamente esa, abrirles la cabeza, así, literalmente.  Después de la matanza del 2 de Octubre de 1968, se creía que nada podía ser peor, pero ese era otro sueño. Con la llegada de la nueva década llegó también una nueva forma de violencia, el terrorismo de estado, la guerra fría, una nueva matanza tuvo lugar en el 71, la violencia se extendió por una década.  A esos eventos le siguió una interminable secuencia de crisis económicas y desastres naturales como el terremoto del 85 que cambió para siempre nuestra realidad.

Pero de la noche a la mañana la efervescencia del rock se queda sin burbujas, pierde a la mayoría de sus adeptos, algunos cuantos quedan en el avión, el resto madura. La generación del rock se hace adulta y lleva pantalones largos, o vestidos más abajo de la rodilla, la chaviza se vuelve momiza en un abrir y cerrar de ojos. El sueño, como decía John Lennon, había terminado. 

Bibliografía:

1.- Andrew Grant Jackson, autor del libro 1965 The most revolutionary year in music.

http://www.elmundo.es/cultura/2015/06/29/559030e7268e3ef11e8b457e.html

Beatlemania, los inicios. Consultado en: https://elpais.com/cultura/2015/04/08/actualidad/1428485593_998546.html

Generación Beat en México. Consultado en: https://www.razon.com.mx/la-generacion-beat-inspiracion-del-mexico-de-los-60/

Literatura de la onda. Consultado en: http://almomento.mx/ecos-de-mi-onda-la-literatura-de-la-onda/