Por Jorge Cappa

Una vez más, me sigue una moneda
rodando en el alambre del final.
La cara es la virtud de una promesa.
La cruz es un reflejo sin cristal.

Da igual que me oculte bajo la pena.
Las sombras me descubren la verdad.
Hay cosas que se curan por las buenas
y hay otras que no tienen vuelta atrás.

Voy a probar a ser aquel que era
cuando soñaba qué quería ser.
Voy a decirle sí a la certeza
de que no queda nada que perder.

En el balcón, mis dudas se resbalan.
En el jardín, la luna empieza a arder.
La noche juega con la madrugada.
La agonía se logra disfrazar de sed.

 En un rincón, mi voz abre las alas.
Se asoma la frontera ante mis pies.
El sol mezcla la prisa con la calma.
El futuro ya no pregunta por qué.

Otra vez más, tu nombre me desvela
jugando a ser la jueza en el umbral.
La salvación se escribe con tus letras.
La condena es tu huella entre la sal.

Ya sé que mis palabras no te encuentran.
El silencio hace equilibrio en la mitad.
Hay páginas que brillan con tu ausencia
y hay versos que se oxidan si no estás.

Voy a lanzarme a ser aquel que era
cuando soñaba que ibas a volver.
Voy a decirle sí a la silueta
que ahora ocupa tu lugar en el papel.

En el balcón, mis dudas se resbalan.
En el jardín, la luna empieza a arder.
La noche juega con la madrugada.
La agonía se logra disfrazar de sed.

 En un rincón, mi voz abre las alas.
Se asoma la frontera ante mis pies.
El sol mezcla la prisa con la calma.
El futuro ya no pregunta por qué.

 

  • Esta letra de canción está incluida en el libro de poesía Sueños en el aire (Chiado Editorial, 2017).