Por Heriberto Jiménez Enríquez

Son tantas las ideas que se tienen de lo que es el amor, a veces son más las cosas que creemos que es y nos damos cuenta que no son. Me ha tocado compartir la vida, la fe y la amistad con diferentes novios, parejas y matrimonios. En este compartir me he encontrado con algunas situaciones con las que se confunde el amor, y me es importante compartir, pues mientras más se nos caen las creencias de lo que es el amor más nos desilusionamos, desencantamos y caemos en una situación de vivencia anti-amor.

Por principio el amor no es reduccionista, se inflama abarcando el ser, y los diferentes aspectos y dimensiones de la persona, es decir, no sólo es una reacción sentimental o emocional que implica un cuerpo físico o reacciones desde el intelecto, sino que abarca el ser de los seres amados. En el enamoramiento o atracción se despiertan emociones y sentimientos de cualquier tipo, la mayoría de las veces éstos son efímeros; bastaría un enfoque desde la biología para comprender qué pasa.

Puede ser que el enamoramiento entre por el cuerpo físico, algo que nos atrae de la persona, los ojos, sus músculos, todas aquellas cargas y construcciones que la sociedad ha aprendido que tiene una persona atractiva, hermosa o sensual. Con el tiempo se tiene más claridad de esta situación, es probable que comience el enamoramiento por las reacciones desde el intelecto, la admiración por la inteligencia como la adecuación del modelo de lo ideal,  un aspecto de lo real, lo aventurero o lo diferente.

Hay que tener calma, debido a que son estereotipos de lo diferente los que causan atracción. Con esto no quiero descartar o lanzar una carga moralista al enamoramiento o atracción, sino que puedan juntos dar el paso al amor sin caer en el desencanto. Una vez que empieza a menguar el enamoramiento, se pueden vislumbrar diferentes situaciones como darnos cuenta de que nosotros no somos perfectos para el otro y descubrimos que éste tampoco lo es, y es ahí donde se puede ejercitar el amor con los siguientes pasos: 1) conocerse y dialogar, 2)  decidir y 3)  entregarse.

Más que recriminar, anhelar y exigir, el ejercicio es conocerse juntos. Ese conocimiento conlleva un elemento que cada vez es más difícil de encontrar en nuestros días: el diálogo. Dialogar es escuchar y dejar hablar, hablar y dejar escuchar, sin violencia o manipulación, sino en un acto de humildad para no enjuiciar al otro y entenderlo. Una vez que se conocen viene el siguiente paso del amor, la decisión. ¿Qué es lo que se decide? Si se quiere compartir la vida y lo íntegro de la persona con aquel a quien se ha conocido. Se unen corazón, sentimientos, emociones, mente, inteligencia, razón, cuerpo y realidad física.

Cuando se comparte la vida, ya sea saliendo de fiesta, viendo series, conociendo a las familias, comiendo, viviendo juntos o en algo más formal (desde la situación cultural y la decisión consensuada), viene la entrega. No tengas miedo a esa palabra, no me refiero al abandono del cuerpo, sino al saber que si te enfermas el otro te cuidará, y al revés; que si hay algo qué hacer o qué encargar se puede confiar que es esa persona a quien puedes presentar, pero sobre todo con la que se vive una reciprocidad en la entrega. Cuidado, a veces la otra persona se puede adueñar de tu vida o tú de la otra, no se trata de eso, sino de entregar en amor la vida al otro para compartir y soportar las adversidades.

Te recomiendo de corazón que si se fractura algo o si alguno de los pasos no se desarrolló bien, vuelvas al diálogo humilde y que no enjuicie, pues nos hace hablar y aclarar aquello que suponemos o nos imaginamos. Nunca olvides que el ser humano cambia, no lo etiquetes. Y si pueden mejoren y trabajen aspectos de la vida para sentirse más íntegros como personas, disfrutando de saber que no estás caminando en la soledad, sino que hay alguien que te sostiene.

El ser humano es un ser de procesos y de constante crecimiento, por eso te doy la clave: amar es un proceso. Con este escrito busco compartirte lo que he vivenciado, lo que he conocido, observado y discernido, y te lo comparto, pues creo en el amor. No tengas miedo, encuentra a esa persona especial, enamórate, conoce, dialoga, decide, entrégate, ama y ámate.