Por Joseabril Pavia

Yo soy nuevo en el mundo y no porque sea un niño de escasos años, pues el mundo lleva viviendo millones y yo apenas unas décadas, eso me hace nuevo en él al igual que a todos ustedes, como muchas de las cosas que nos rodean hoy en día, cosas materiales que utilizamos a diario y para juicio de muchos mejoran nuestra calidad de vida. 

El mundo hoy en día sigue girando, no ha cambiado por voluntad debido a que nosotros lo hemos destruido discriminadamente desde que posamos nuestros pies en él. Ahora nuestra huella es más devastadora, destruimos sus bosques porque no son nuestros; contaminamos sus mares a pesar de que de ellos obtenemos nuestro alimento; matamos su fauna, su flora y por si eso fuera poco nos matamos entre nosotros mismos porque nunca estamos satisfechos. Siempre queremos más de lo que tenemos, incluso yo ahora que no sólo quiero la paz de los que me  rodean, sino la de todos ustedes que pueblan la tierra. 

¿No les cansa un mundo así? En donde en cualquier lugar que mires la gente robe, mate, viole, y pisotee los valores para enriquecer a pocos o simplemente beneficiarse. Ese sí que es un mundo agotador; cansa, enferma el alma y la atosiga. Me pregunto qué vendrá en el futuro para nuestros hijos, porque ya corren estas calles, lloran en sus cunas y también son objetos del hambre devastadora del hombre por destruirlo todo. Sí, eso no es de creer porque tú miras alrededor y no pasa nada. No te ciegues, está pasando aún más allá de donde puedes mirar. 

El mundo cambia porque nosotros lo estamos cambiando, somos una plaga que  todo lo destruye, unos más que otros que usan curas milagrosas para protegerlo, aunque a veces siento que somos insuficientes. Duele la maldad, da tristeza en la gente que se destruye quitándole a los demás sin siquiera pensarlo, y no sólo ricos que les quitan a pobres porque el hambre de la ambición está en todos los  niveles; pobres robando a pobres y ricos, y ricos robando a ricos y pobres. 

¿Lo entiendes ahora? Es nuestro mundo el que contaminamos con ira, deshonestidad y falta de razonamiento para entender que todos tenemos derecho de estar aquí, ser felices y crecer en paz, en calma con los nuestros a  pesar de ser diferentes. La tierra se nos ha dado para cuidarla y hacerla un paraíso, no un infierno como hasta ahora lo hemos venido haciendo desde hace tanto  tiempo, es triste esta realidad. 

Lamentablemente un escrito, una voz, incluso un pueblo entero es poco para evitarlo, porque insisto el mundo es de todos y mientras no aceptemos de corazón esa idea seguiremos negando la existencia del otro destruyéndolo. Seguiremos siendo una plaga maligna que destruye, contamina, cercena e intoxica la tierra que pisamos; el aire que respiramos; las sonrisas que miramos de todos los que amamos, pues todos somos una familia de idiomas, costumbres y colores diferentes. Estamos viviendo en un sólo punto del vasto universo y eso nos hace hermanos, hermanas, padres, madres, hijos, hijas o cualquier lazo de hermandad que te venga a la mente y que implique la bondad recíproca. 

Es triste esto que se lee, pero también enterarte que somos nosotros mismos nuestro peor enemigo y también para el planeta que siempre hemos llamado hogar. Si no empezamos por entender eso, jamás remediaremos el problema. ¿Cuándo realmente cuidaremos y protegeremos el lugar que se nos ha dado? Porque todos, absolutamente todos nos lo merecemos, ¿o qué poder divino te ha tocado a ti, para creer lo contrario?