Por Jessica Mariela Von Quednow Morales

¿Por qué lloraste niña?
¿Dónde quedó tu bella sonrisa?

Cuéntame de tu dolor durante la guerrilla,
pues, sé que te han arrebatado a tu familia.

¡Oh niña! Cuando lloraste tus lágrimas fueron de sangre viva.
Nadie me dejó curarte, inocente niña.

¡Oh niña de Guatemala! Fuiste desaparecida y de patria desconocida.
Tus ojos lloraron sangre que escurre por las calles y las viñas.

Todos lloramos sangre, porque el ejército te hizo quedar profundamente dormida.

Años después, la luz intentó salir a fuerza dentro de las mentiras.
Los que te silenciaron quisieron callarnos a base de maltratos; esparciendo deudas y muertes indignas. 

Nos dimos cuenta, niña de Guatemala, que no sólo te perdimos; sino que también nos perdimos nosotros dentro de aquel oscuro pasado que aún está a la vuelta de la esquina. 

Decidimos seguir luchando contra aquellos intereses que desataron tan terrible guerrilla.
Pero, no nos dimos cuenta que un pasado tan marchito nos seguirá persiguiendo con semejante fuerza maligna. 

No nos dejes solos dulce niña. 

Vuelve a mirarnos con ojos de amor para que esto no se repita. 

Hermosa niña de Guatemala, ayúdanos a que seamos una patria unida y que la paz se consiga.
Permitiendo que salgamos de ese cruel destino que nos espera si es que tú sigues dormida. 

Bibliografía: