Por Douglas K Currier
A Luis Llarens
La de ella es la cara que veo en sueño,
la que espero en la lluvia –mujer
con la cabeza envuelta en negro, solo
un rostro, un semblante sin cuerpo
más que una mortaja negra,
la sábana santa de la noche.
Lluvia, lágrima –no importa. Sé que
viene por mí, es mi señorita
de campana que me escolta al barco.
Un amigo, vos, años atrás, captó la apariencia,
la presencia, el retrato de la mujer,
Nuestra Señora de la Sagrada Muerte.
Me sirve de guía, yo escudriñando
todas las caras mojadas que encuentro,
buscando la semejanza.