Por Jota León

La crueldad de la doble ceguera:
ir perdiendo tu visón
e ir volviéndote invisible
como si fuese un campo yermo
en una cruda guerra.

La crueldad de la doble gravedad:
peso insano de los años
al ser arrastrado con bajeza,
el desmembramiento,
tus párpados, tus hombros, tu sexo, tu beldad.

La crueldad de la doble mudez:
gorjeos lapidarios y alambradas,
el entumecimiento de tu seso y tu garganta
conjugando el silencio, resistiendo de un tácet,
el ser callado por repulsiones de sangre,
sumas y cimientos de tu vejez.

Ilustración de Omar Ka Méndez